Todo el mundo ha sufrido/sufre un dolor de espalda en su vida. Algunos lo tienen de continuo. Se calcula que según la edad en la población española la padece entre el 15 y el 30 %, ocasionando un gasto considerable a las organizaciones sanitarias.
Entre los profesionales que atiende esta dolencia están el masajista, quiropráctico, osteópata, medico común y finalmente el cirujano ortopeda. Los pacientes aquejados por este invalidante mal, van saltando de uno a otro buscando alivio o una posible solución, que a veces se hace eterna y decepcionante.
Hablar de Hernia discal es fallar a la realidad muchas veces, pues es un simple desplazamiento del disco intervertebral y entonces se define como prolapso, que no hernia que hay más rotura.
Pero ¿es el disco intervertebral realmente el culpable de tan incómoda dolencia?
Si hacemos un repaso a la anatomía de nuestra columna diremos que está conformada por unidades vertebrales entre los cuales se interpone el disco intervertebral que actúa a modo de amortiguador al tiempo que permite una movilidad de las vertebras, que varía según hablemos de la región cervical, dorsal y lumbar. Pero aparte del disco, estas vertebras están cohesionadas por las llamadas facetas que a modo de “guías” hacen de la columna o eje de nuestro cuerpo lo suficientemente rígido para que nos permita mantener la movilidad en bipedestación , es decir que nos apoyemos sobre dos piernas y podamos andar, gran privilegio que nos diferencia de los otros animales cuadrúpedos
Esta columna ha sido estudiada a fondo por la Biomecánica y así podemos explicarnos la fisiopatología de muchas lesiones espinales para que podamos tratarlas adecuadamente. Para ello tenemos que pensar que debemos de atenernos al viejo aforismo “Primun no nocere”, cosa que parece haber olvidado la cirugía al pretender solucionar estas lesiones poniendo clavos y sujeciones metálicas como si de un apaño casero se tratara.
En primer lugar hay que pensar que la lesión discal no ha aparecido solo porque si. No. Siempre hay una razón que hay que averiguar antes de iniciar un programa que restaure el buen funcionamiento de la espina dorsal (¡en lo posible, claro!)
Si observamos nuestra marcha, vemos que no solo se mueve la columna dorsal. Hay otras estructuras que se acompasan con ella, como son la articulación sacro-iliaca, la coxo-femoral (cadera), que en el momento en que alguna de ellas esté limitadas, las otras van a tener que “forzarse” para suplir su función y esto conduce a desplazamientos vertebrales descolocando el disco y llegando al prolapso y/o hernia discal
¿Qué hacer?
En principio dar flexibilidad, ampliar el arco de movimiento de toda estas articulaciones y eso lo conseguimos con infiltraciones de PRP ozonizado y Tracción posterior.
Las propiedades del ozono son numerosas, pero en lo que respecta al sistema osteoarticular diremos que aumenta la defensa antioxidativa, aporta oxigeno a las estructuras ligamentosas o de sostén y al mismo tiempo vasodilata las arteriolas aportando más cantidad de sangre a la zona con el fin de acelerar la retirada de acido láctico y detritus generados por la inflamación. Con todo ello conseguimos desinflamar e iniciar la regeneración de las fibras lesionadas
Ya es mucha la experiencia que tenemos con el ozono en el tratamiento de la espalda. Si además le sumamos la fuerza regenerativa de nuestra sangre, con el aporte del PRP (plasma rico de nuestras propias plaquetas) aportando así factores de crecimiento, pues mucho mejor.
Mi experiencia es alentadora en la atención terapéutica de la columna
Finalizamos la sesión sometiendo al paciente a una tracción/distracción de su espalda por medio de nuestra camilla Faus-Track. (Patentado)
Con este “trípode” terapéutico: Ozono+PRP-O3+Traccion conseguimos que la columna vuelva a “funcionar” liberándola de bloqueos o pinzamientos de los nervios (ciático sobre todo) y perdiendo de vista así el dolor y alejando al paciente de la mesa de operaciones.